Con la información de la existencia del EFECTO ORFEO, con la
conciencia del resultado de la participación de dicho EFECTO en la evolución de
todo los existente. De su flujo creado por el ORGANON que diseña y estructura
las vivencias. Participo en las festividades cristianas en un país que vive con
fe ferviente: México. Las amenidades son con alusión al hecho de la concepción.
Y los hombres y mujeres nobles crean aposento a su creador.
El espíritu sabe más que cualquier ciencia. La voracidad del
ser se detiene y reza. En perfecta armonía con servirle un plato de comida al transeúnte,
el padre de la iglesia te pone la mano en la cabeza y reza para que tengas
salud y fuerza para enfrentar las contrariedades de la vida.
Y se explica de forma clara como se asciende.
Que estábamos todos y hacíamos la misa sin que todavía Dios
nos escuchara, que hicimos todo lo previsto y todavía no nos atendía. Pero
cuando hablamos de su sangre, de su sufrimiento entonces dijo ahh, ellos tienen
algo que decirme, un hijo mío sufre y cuando continuamos con el acto.
Ascendimos todos.
Sin quitarle valor a la fe. De esas maneras tan directas se
constituye la oscilación órfica.
¿Cómo es posible que la composición cree seres y estos
tengan la conciencia de saber lo que los hizo?.
En ocasiones no actuamos siendo fieles a este fundamento
porque la individualidad nos da la capacidad de emanciparnos, en la creencia de
que tenemos el don por lo tanto somos libres. Y puede que tengamos razón; cuando
la zona donde se nos da la oportunidad no es del tipo propiciador pudiera
ocasionarse. Porque está ciclándose. Nos escapamos del ritmo para dar otro.
Pero nunca estaríamos actuando fuera de lo que es la oscilación. Porque es su función.
Estamos en su plasma.
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